Disfrutar de un refrescante chapuzón para que nos alivie de las altas temperaturas es sin duda alguna uno de los grandes e imprescindibles placeres del verano. Sin embargo, estar a remojo y dejarnos secar al sol sin cambiar nuestro traje de baño hace que tanto la humedad como el sudor se concentren en nuestra zona íntima durante demasiado tiempo. Esta es una de las razones por las que proliferan los hongos, se altera el pH se altera y aparecen las molestas infecciones vaginales. De hecho, aumentan un 50% durante en esta época del año.
Si tú también has sufrido alguna vez las incómodas consecuencias de una infección vaginal veraniega sabrás de lo que te hablamos, pero ¿sabes por qué ocurre? La humedad, las condiciones ambientales y el calor, unido todo ello a la baja calidad del agua, son el caldo de cultivo perfecto para sufrir infecciones vaginales.
¿Quieres conocer más sobre los tipos, las causas y los síntomas más comunes de estas infecciones bacterianas? ¿Te gustaría prevenir su desarrollo y evitar que se desencadenen enfermedades más graves? Pues entonces no te pierdas los consejos que te ofrecemos desde Arnott Ginecólogos.
¿Por qué se producen las infecciones vaginales? Causas principales
Qué son las infecciones vaginales
Las infecciones vaginales no son otra cosa que la acumulación y proliferación excesiva de diferentes microorganismos (bacterias, virus, hongos) que no benefician ni protegen a nuestra flora vaginal. Todos ellos conviven entre los tejidos de nuestra vagina y provocan picor, escozor, irritación, enrojecimiento, una molesta inflamación e incluso dolor en dicha zona.
Causas de las infecciones vaginales
- Duchas o lavados vaginales con geles y jabones perfumados o demasiado agresivos.
- Higiene intima deficiente o excesiva. En el primer caso, por favorecer la multiplicación de microorganismos; y en el segundo, por alterar el pH ácido de la piel y, por tanto, mermar la capacidad de defensa frente a los mismos.
- Vestir pantalones o ropa interior demasiado ajustada y no transpirable.
- El aumento de las relaciones sexuales. Debido al aumento de calor y humedad en la zona vaginal.
- No cambiar tampones o compresas con frecuencia.
- Permanecer con el bañador o bikini húmedo puesto sobre la zona demasiado tiempo.
- Cambios hormonales. En etapas como la menopausia o el postparto se produce la llamada vaginitis atrófica, que provoca una importante caída del nivel de estrógenos y del flujo vaginal, encargado de proteger la zona de infecciones.
- La incontinencia urinaria. La acidez de la orina puede producir irritaciones en la piel, por lo que la humedad permanente de la zona acaba facilitando la aparición de infecciones.
- Ciertos antibióticos que matan la flora vaginal.
¿Cómo identificar una infección vaginal? Síntomas más comunes
Los síntomas de las infecciones vaginales pueden variar según el tipo de infección que se tenga o de los factores que la estén causando. La mayoría de las veces son obvios y fáciles de identificar, pero en otras pueden pasar desapercibidos. Si sientes alguna de las siguientes señales, acude a tu ginecólogo cuanto antes para obtener el diagnóstico y tratamiento adecuados.
- Picor, irritación e inflamación en la zona genital.
- Escozor general o ardor, especialmente al orinar.
- Secreción excesiva de flujo blanquecino o amarillento, espeso, espumoso y con mal olor.
- Dolor al mantener relaciones sexuales.
- Molestias en la zona baja del abdomen o de la pelvis.
- Sangrado leve.
- Pus en la orina.
- Mayor urgencia y frecuencia para orinar.
Tipos de infección vaginal: diagnóstico y tratamiento
Cuando el equilibrio de microorganismos que componen la flora vaginal y la vulva sufre cambios importantes pueden aparecer algunas de las siguientes infecciones:
- Por hongos. En este caso se reconoce por generar un flujo espeso y blanquecino.
- Candidiasis vaginal. Es la infección más común. El riesgo de padecerla, sobre todo en verano, se debe a la humedad existente en la zona mucosa de la vagina, que rompe el equilibrio de la flora vaginal.
- Vaginosis bacteriana. Muy frecuente durante la edad reproductiva y el embarazo. También aparece a consecuencia del desequilibrio de bacterias de la flora vaginal.
- Vaginitis por transmisión sexual. Se contrae por transmisión sexual y dan lugar a enfermedades como la tricomoniasis o la clamidia, esta última causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. En estos casos, los síntomas pueden resultar menos evidentes.
- Vaginitis viral. Está causado por el virus del herpes simple (VHS) y el síntoma más frecuente es el dolor en la zona genital.
En la mayoría de los casos se suelen emplear tratamientos farmacológicos para curar este tipo de infecciones. Sin embargo, cada mujer y cada tipo de infección son diferentes, de ahí requieran un tratamiento específico. Por ello, te aconsejamos acudir a tu ginecólogo de confianza en cuanto notes los primeros síntomas. Así podrá hacerte una exploración completa, diagnosticarte de una forma precisa y aplicarte el tratamiento adecuado. Seguir estas pautas es clave para garantizar la salud de la mujer.
Medidas clave para prevenir una infección vaginal en verano
La prevención es (y siempre será) la mejor fórmula para mantener tu vagina sana y evitar que el equilibrio natural de la flora íntima se vea alterado. Pero ¿cómo podemos lograrlo durante los meses de verano? Sigue las siguientes rutinas y disfruta sin temor a sufrir posibles infecciones:
- Mantén la zona genital siempre seca tras el baño. Es importante que quites el bañador o bikini húmedo si no tienes pensado volverte a bañar.
- Usa una toalla específica, limpia y seca para la zona íntima.
- Utiliza productos de higiene íntima que respeten el pH vaginal.
- Viste ropa holgada y lencería de algodón u de otros tejidos transpirables.
- No te sientes directamente sobre la arena o las rocas de la playa. Son superficies húmedas y frías que aumentan la posibilidad de sufrir infecciones. Es mejor utilizar una toalla para apoyarte, ya que actuará como elemento aislante.
- Usa preservativo si mantienes relaciones sexuales.
- Orina antes y después de mantener sexo con tu pareja.
- Bebe mucha agua para evitar que se acumulen gérmenes. Conseguirás eliminarlos a través de la orina.
Las infecciones vaginales son un problema bastante frecuente en verano y que la mayoría de las veces se cura mediante tratamiento antibiótico. Para evitar este mal trago es fundamental prestar atención a los síntomas y no demorar la visita a nuestro ginecólogo, tanto para diagnosticar la infección como para evitar que surjan enfermedades más graves en ovarios y trompas de Falopio.