Hacer la visita anual al ginecólogo nos produce cierta ansiedad por temor a recibir malas noticias. Por eso, cuando nuestro médico, tras una exploración rutinaria, nos informa de que tenemos un mioma en el útero, nuestra primera reacción es de miedo ante lo desconocido. Sin embargo, ¿sabes que aproximadamente el 40% de las mujeres europeas de entre 35 y 55 años tiene miomas uterinos?
Por lo general este término, aunque tiende a asustar bastante de primeras, la mayor parte de las veces no hay nada que temer, pues tan sólo un 0,5% de los miomas revisten gravedad. En el resto de los casos desaparecen por sí solos, siguiendo un tratamiento adecuado, o se pueden eliminar por vía quirúrgica. Desde Arnott Ginecólogos te exponemos todas las claves
¿Qué son y por qué se producen los miomas uterinos?
Los miomas uterinos son tumores o bultos benignos que se originan a partir de las células de músculo liso que se encuentran en la pared del útero, más concretamente en el miometrio, y que, en muchos casos, pueden ocasionar problemas de fertilidad. Aunque se desconocen las causas, la mayor parte de ellos son de carácter múltiple y suelen afectar en mayor medida a mujeres en edad reproductiva que padecen obesidad, sufren hipertensión, son de raza negra o tienen antecedentes familiares.
Tipos de miomas uterinos
A la hora de tratar adecuadamente estos tumores, es necesario diagnosticarlos con exactitud para saber ante qué tipo de miomas uterinos nos encontramos. Existen tres tipos y son los siguientes:
Miomas subserosos
Son aquellos que se desarrollan bajo el endometrio o la capa externa del útero. Su crecimiento, impulsado por las hormonas femeninas, puede llegar a provocar dolor.
Miomas intramurales
Suelen aparecer en la pared del útero y en muchos casos pueden producir periodos menstruales con sangrado abundante o hemorragias entre ciclos.
Miomas submucosos
Esta es la clase de mioma menos frecuente pero también el más problemático. Normalmente crecen bajo el endometrio o debajo de la capa interna del útero.
Síntomas y factores de riesgo del mioma uterino
A pesar de que un 30% de mujeres conviven con miomas asintomáticos que no dan problemas, existe, por el contrario, también un alto porcentaje femenino que sí sufre el impacto negativo de algunos de estos tumores benignos, condicionando su vida sexual, social y familiar. Si crees que este es tu caso, identifícalo prestando atención a los siguientes síntomas:
- Sangrado menstrual excesivo y reglas largas.
- Anemia.
- Dolor de abdomen y sensación de hinchazón.
- Aumento de peso.
- Relaciones sexuales dolorosas.
- Micciones más frecuentes.
- Dificultades en el embarazo y durante el parto.
- Problemas de fertilidad.
- Posibilidad mínima de Sarcoma o mioma cancerígeno.
Tratamientos recomendados para combatir un mioma uterino
Elegir correctamente el tipo de tratamiento depende, en gran parte, de la evolución de los mismos. Por eso, a la hora de tratar los síntomas y según lo sencillo o complicado del caso, existen tratamientos médicos, farmacológicos o quirúrgicos concretos. Desde Arnott Ginecólogos te recomendamos cuándo utilizar cada uno de ellos:
- Es lo primero que se recomienda tanto para controlar las reglas abundantes como para reducir los fibromas.
- Suplementos vitamínicos. Es preferible tomar hierro, sobre todo en aquellos casos en que la paciente sufra de anemia como consecuencia de los sangrados.
- Dispositivos uterinos. Este tratamiento secreta hormonas para reducir y controlar sangrados excesivos.
- Moduladores selectivos del receptor de la progesterona. Lo que se consigue con este tratamiento es bloquear los receptores de la progesterona para menguar el tamaño de los miomas hasta en un 25% y minimizar los sangrados.
- AUP o acetato de ulipristal. Como en el caso anterior, se trata de un modulador de progesterona que, además de mitigar el dolor y los sangrados, ayuda a preservar la fertilidad e incluso a evitar la cirugía en la mitad de los casos.
- Cirugía. El tratamiento quirúrgico depende en parte de factores como la edad, los síntomas o de si la paciente está embarazada o no. La operación más común es la histerectomía. Se trata de una intervención basada en la extirpación parcial o total del útero de la mujer y se suele practicar mediante una incisión por vía abdominal, vaginal o con laparoscopia. Otro procedimiento al que se acude es la miomectomía. Consiste en extirpar solo el fibroma para poder preservar la fertilidad de aquella paciente que está deseando tener hijos. Puede presentar el riesgo de adherencias o de sangrados abundantes.
- Embolización o ultrasonidos. Son tratamientos alternativos a la cirugía convencional que se recomiendan cuando hay miomas múltiples y de gran tamaño. La razón fundamental es porque se trata de una técnica que permite tratar varios tumores benignos al mismo tiempo, obteniendo resultados muy buenos, recuperaciones más rápidas y la conservación del útero de la paciente.
Solo un porcentaje muy pequeño de miomas uterinos acaba derivando en tumores graves o cancerígenos. No obstante es importante diagnosticarlos correctamente y observar su evolución mediante revisiones y pruebas ginecológicas periódicas por si duelen en exceso, se complican, degeneran hasta el punto de condicionar nuestra vida o impiden quedarnos embarazadas.
¿Tienes uno o múltiples fibromas uterinos y te están mermando tu calidad de vida o salud? No dudes en acudir a nuestra consulta. Te ayudaremos con tratamientos totalmente personalizados. ¡No esperes más para encontrarte bien!
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